La muerte de Tito Vilanova, confirmada este viernes, terminó de darle el golpe de gracia al Barcelona, club que ha tenido una de las peores -sino la peor- temporada de su historia, considerando hechos dentro y fuera de la cancha.
El primer remezón fue precisamente al comienzo: Vilanova anunció en julio de 2013 que no podía seguir a cargo del equipo debido a que era necesario que se enfocara de lleno en luchar contra el cáncer a la glándula parótida -que finalmente le quitó la vida este viernes-, lo que le abrió las puertas del club a Gerardo Martino.
Las aguas se mantuvieron relativamente tranquilas en el cuadro catalán hasta fines de 2013, donde "explotó" el denominado "caso Neymar" que tuvo serios costos políticos para la institución.
De hecho, el presidente Sandro Rosell se vio obligado a renunciar a causa de este asunto el 23 de enero, llegando a su lugar el actual timonel, Josep Maria Bartomeu, quien también tuvo que lidiar con la inestabilidad política que ha tenido el Barcelona.
Como si esto fuera poco, a principios de abril, la FIFA sancionó a los catalanes, tras una denuncia sobre la forma en que se realizaban incorporaciones de jugadores menores de 18 años, lo que le impedía fichar futbolistas por los dos próximos periodos de traspasos.
Si bien este castigo quedó "en suspensión" hace unos días, el fallo del máximo ente del fútbol mundial manchó de alguna manera el nombre de uno de los mayores orgullos del Barcelona: La Masía.
Dentro de la cancha tampoco las cosas marcharon de la mejor forma: hasta el momento, Barcelona perdió la final de la Copa del Rey nada menos que ante Real Madrid, quedó fuera de la Champions League en cuartos de final ante Atlético Madrid y está tercero en la Liga, con muy pocas posibilidades, lo que ha generado el serio cuestionamiento a su actual técnico, Gerardo Martino.
Sin dudas, el fallecimiento de Vilanova -un hombre criado y muy querido en el mundo culé- ha sido el golpe más duro, pero no el único de esta temporada que tanto hinchas como dirigentes del Barcelona, querrán olvidar lo antes posible.