José Mourinho y Arsene Wenger tienen una de las rivalidades más grandes de la Premier League a la hora de hablar de técnicos y este domingo tuvo un nuevo capítulo.
Arsenal venció al Chelsea en la final de la Community Shield -la Supercopa inglesa- y antes de la premiación al campeón, el portugués saludó a cada uno de sus rivales.
Bueno, a casi todos, porque tras felicitar efusivamente a los jugadores de los Gunners, el DT de Chelsea se hizo el desentendido cuando pasó Wenger.
Pero esto no fue todo, ya que inmediatamente se dirigió a camarines porque no se quedó a ver la celebración de sus rivales y, en el camino, arrojó su medalla de segundo lugar a los hinchas.
Un niño fue el afortunado en quedarse con la presea, la que, claramente, tiene mucho valor para él, pero no así para Mourinho.