El puesto del portero es lejos el más complicado del fútbol, porque un error o acierto puede ser recordado eternamente por los hinchas de un club.
Pero lo que hizo el portero Jefferson, del Botafogo, está catalogada como una de las salidas desde el fondo de cancha más vistosas y lujosas de los últimos años en Brasil.
Recibió el balón un tanto incómodo y cuando el delantero Anselmo del Boavista lo asfixiaba con la presión, el golero sacó un túnel magistral y dejó clavado al artillero ante el delirio de todos lo seguidores del Botafogo.
La jugada ha dado vuelta al mundo por su nivel de pulcritud y porque queda demostrado que un buen portero, debe atajar pero también debe saber juar.