En el Barcelona, además de jugar extraordinariamente al fútbol, también saben pasarla bien.
Una muestra de ello fue el "exigente" desafío en el que se enfrentaron Luis Suárez y Gerard Piqué, donde ambos quisieron ver cuál de los dos cuenta con una "pegada" más virtuosa.
Ubicados varios metros por detrás de la línea de fondo, ambos intentaron convertir dándole el efecto necesario al balón al punto que éste se fuera cerrando e ingresara en el arco.
El desafío no fue nada fácil, pero sí se logró determinar al ganador aunque por un estrecho margen.