Frank Ribery la está pasando bien. Tras la llegada de Pep Guardiola y el inolvidable cierre de la temporada pasada, los ánimos en el Bayern Munich son de los mejores. Y así lo dejó ver el talentoso volante francés al prestarse para hacer una curiosa broma a los hinchas.
El mediapunta simuló ser un maniquí en una vidriera y asustó a quienes pasaban por delante como parte de una campaña publicitaria, demostrando que la faceta de actor no le incomoda.
La broma consistía en que del Munich posaría con la pelota bajo el pie captando la atracción de los fanáticos convencidos de estar ante una réplica del francés a escala real.
La curiosidad llevó a los simpatizantes a asomarse y llevarse el susto de sus vidas. Tras la broma, el futbolista saludó a los fanáticos e hizo "lujitos" del otro lado.