El árbitro chileno Enrique Osses fue el encargado de impartir justicia en el duelo de ida de la final de la Copa Libertadores, que enfrentó en la "Bombonera" a Boca Juniors y Corinthians, que empataron a uno ante cerca de 42 mil fanáticos.
A pesar de que tuvo un correcto cometido, en Argentina no creen lo mismo: "El árbitro se hizo el boludo. Nunca me quejo de los jueces, pero esta vez fue suficiente. Espero que no nos dirija más", aseguró el capitán y máximo referente de los 'xeneizes', Juan Román Riquelme.
El entrenador del club argentino, Julio César Falcioni, respaldó a Román aumentando las críticas contra el árbitro: "Nos hizo la vida imposible aquella vez", dijo el estratega recordando el duelo de vuelta por cuartos de final de la Libertadores frente al Fluminense, que dirigió el árbitro chilenos en Río de Janeiro. El resultado final fue de uno a uno, que dejó abierta la llave para el partido de vuelta.
El próximo miércoles 4 de julio, el 'Timao' podría levantar por primera vez en su historia el máximo título continental por clubes, cuando reciba a los bonaerenses en el Estadio Pacaembú de Sao Paulo.
