Si la extrañaban por fin volvió. Y de qué manera. La Copa Libertadores cerraba la jornada de ida de las semifinales con lo que en el papel suponía un ajustado encuentro entre San Lorenzo y Bolívar en el Nuevo Gasómetro de Buenos Aires.

Los argentinos, amparados en sus ansias de triunfo de sumar su primera estrella de este torneo, y de la mano del "copero" Edgardo "Patón" Bauzá, salieron como una ráfaga y plasmaron todas las diferencias ante el cuadro de Xavier Azkargorta, que no pudo volver a mostrar el nivel de antes de Brasil 2014 y cayó presa de sus errores y algunos fallos arbitrales.

El "Ciclón" golpeó de entrada. Con un cuadro altiplánico de una vehemencia marcada, los tiros libres no demoraron en aparecer vía Leandro Romagnoli y así el primer tanto. Centro del "Pipi" y cabezazo en soledad del ariete Mauro Matos, aprovechando un grueso error del golero Romel Quiñonez, una de las figuras de los bolivianos durante su "sueño" en la Libertadores.

Los de Azkargorta lucían desconcertados durante la primera etapa y fruto de ellos sufrieron tres cartulinas amarillas impartidas por el colombiano Buitrago y que los fue alejando del plan ideado por su estratega. En una jugada casi calcada al primer gol, Emmanuel Mas se elevó en soledad en el área y batió le feble resistencia de Quiñonez. Con el 2-0 se fueron al descanso.

Ya en la segunda mitad el guión no cambió demasiado y los boliviano poco parecían abandonar su campo en buscar de algún descuento. San Lorenzo, consciente que la ventaja ya era cómoda con miras a la revancha, también bajaba la guardia aunque no dudó un segundo en volver a golpear ante cualquier laguna.

Así fue como un recorrido inolvidable de Mercier terminaba en el fondo de las redes visitantes marcando el 3-0. Acto seguido, Buffarini y Mas sentenciarían al Bolívar que ahora deberá buscar algo más que un milagro en el encuentro de vuelta en La Paz. Casi imposible.