Cuando se busca definir cuál es la peor Selección del mundo, uno de los nombres que se suele mencionar es el de San Marino.
Este pequeño país ubicado en el interior del territorio italiano tiene poco más de 30 mil habitantes -un poco más que la comuna de Curacaví- y cuyo equipo de fútbol está último en el ranking FIFA compartiendo dicha posición con Buthan -ambos con cero puntos-, tuvo su día de gloria este sábado.
No consiguió títulos y ni siquiera ganó su partido, pero logró empatar sin goles ante Estonia en un duelo por las Clasificatorias rumbo a la Eurocopa 2016 que se disputará en Francia, lo que festejaron como si hubiesen sido campeones de la Copa del Mundo.
Esto porque, con esta igualdad, San Marino cortó una racha de diez años de derrotas, acumulando 61 de forma consecutiva, todo un récord a nivel del fútbol mundial.
Los jugadores, una vez escuchado el pitazo final, corrieron a abrazarse en lo que probablemente fue el momento más glorioso de sus carreras futbolísticas, mientras que los estonios no podían creer que pasaran a la historia como el equipo que no pudo vencer a San Marino.
La trayectoria futbolística de San Marino es tan precaria que, desde que se unió a la FIFA en 1990, solamente ha ganado un partido -un amistoso ante Liechtenstein por 1-0 en 2004- con más de 120 derrotas y su jugador más destacado actúa en la cuarta división italiana.