Luego de clasificar al Mundial de Turquía, la Rojita tendrá un duro camino de preparación y el mayor problema que enfrenta Mario Salas, es la poca continuidad que tendrán los seleccionados en sus respectivos equipos durante estos tres meses, en especial con las grandes figuras que brillaron en el Sudamericano recién jugado.
Por ejemplo, en Palestino, Darío Melo tendrá que luchar por el arco con Felipe Núñez, indiscutido titular en el tricolor de La Cisterna. Nicolás Maturana por su parte tendrá que luchar por un cupo en la U, pero el jugador no descarta ir a préstamo para poder jugar.
La pareja de centrales de la Selección Sub 20 vive una suerte dispar. Igor Lichnovsky sumó minutos con Jorge Samapaolli, por lo que Darío Franco lo tendría en sus planes, mientras que Valber Huerta está en observación para subir recién al primer equipo.
La opción de los cruzados, Nicolás Castillo y Diego Rojas es complicada. La llegada de nuevos refuerzos en ambas posiciones los deja un poco al costado en los planes de Martín Lasarte.
Situación parecida es la que viven los que militan en el fútbol europeo. Diego Rubio no juega mucho en el Sporting de Lisboa, de Portugal y Bryan Rabello recién comienza a sumar algo de minutos en el Sevilla de España, aunque ya acumula buenas actuaciones y notables críticas.
Una manera que tiene Mario Salas de que sus dirigidos sumen minutos, es la programación de partidos amistosos de la Rojita. Para ello, la Asociación de Fútbol Profesional (ANFP) trabaja en gestionar una gira por Europa, tratando de jugar en un lugar que reúna las características del país organizador. Si bien no existen fechas, se negocian encuentros de gran nivel con Francia, Portugal y España. Se evalúa también jugar con Brasil, selección que no logró el pase a la cita mundial.
El próximo Mundial Sub-20 se jugará entre los días 21 junio y 13 de julio, donde 24 selecciones lucharán por coronarse campeón de la categoría.