Hasta que llegó la hora de la verdad. La Universidad de Chile y Boca Juniors animaron una gran fiesta de fútbol en el estadio La Bombonera. Cerca de 50 mil personas llegaron para ver el duelo válido por semifinales de Copa Libertadores.
Los 4.500 hinchas chilenos tiñeron Buenos Aires con los colores de la U. En la cancha los equipos se habían enfrentado en 1963, con triunfo para Boca por la cuenta Mínima. Pero el escenario actual era distinto. La ‘U’ llegó siendo el campeón de la Copa Sudamericana y los Xeinzes de Argentina.
En las tribunas, los fuegos artificiales animaron la fiesta. Los azules se dieron el lujo de llevar bombos y platillos que estaban guardados después de que el Plan Estadio Seguro los prohibiera.
Boca Juniors empezó atacando desde el primer minuto. Presionó a los azules, que hoy vistieron de blanco, que se mostró errático sobretodo en los primeros treinta minutos.
La apertura de la cuenta llegó a los 15’ cuando Santiago Silva recibió en el área y con una espectacular media vuelta dejó sin opción a Herrera.
En los azules no se pudieron conectar los circuitos y la presión de Boca fue más fuerte que el juego asociado de la U. Mientras pasaban los minutos los xeneizes llegaban con mayor peligro.
En la segunda fracción los primeros cinco minutos fueron de infarto. Boca avisaba y la U no despertaba. Las opciones de gol crecían mientras pasaban los minutos. A los 54’ Sánchez Miño estiró la cuenta con un potente zurdazo luego de recibir de Santiago Silva.
Boca por pasajes estaba jugando a voluntad. Junior intentaba desnivelar, pero las llegadas no generaban peligro para el portero Agustín Oríon. Sampaoli preocupado movió el naipe e hizo debutar a Sebastián Ubilla a los 72’ para generar peso ofensivo.
Sueño cumplido para el ex delantero de Santiago Wanderers que se vio muy movedizo en la cancha, pero no pudo achicar la distancia.
Resultado final, dos a cero que dejó a Boca Junior con la primera opción. El partido de vuelta se jugará el próximo jueves a las 19.15 horas en el estadio Nacional.
