Es lamentable y común hablar de violencia en el fútbol, pero lo ocurrido en Turquía es un hecho que empaña todo evento deportivo.
Y es que los más extremos hinchas del Eskisehirspor incendiaron su propio estadio tras perder por 1-2 ante el Estambul Basaksehir.
¿La razón? La derrota los condenó al descenso a la segunda división.
Las imágenes han sorprendido al mundo del balónpie y ya son condenadas por el reiterado actuar desmesurado de los “ultras” turcos.