Si la gente en Grecia llegó al estadio a deleitarse por la magia de Zlatan Ibrahimovic y Edinson Cavani, ciertamente lo que vieron en medio del primer tiempo los dejó con la boca abierta.
Claro, ya a los 19 minutos el uruguayo silenció el estadio en Atenas al adelantar al PSG ante Olympiakos. Parecía un balde de agua fría, pero lejos de desmoronarse, el cuadro local adelantó sus líneas y se fue con todo en busca del empate.
Y así fue. A los 25 minutos Vladimir Weiss agarró un balón por la orilla, le ganó la pulseada al brasileño Maxwell, se anotó con un caño tremendo ante Marquinhos y se dio el lujo de desparramar al mismísimo Thiago Silva para definir con un suave toque ante Sirigu. Golazo.