El fútbol chileno se viste de fiesta: este 24 de diciembre, Marcelo "Matador" Salas cumple 51 años, día donde se reconoce su histórico legado.
Oriundo de Temuco, el exdelantero nacional dejó huella en Universidad de Chile, River Plate, Lazio, Juventus y la Selección Chilena, alcanzando los 270 goles y varios títulos que lo instalan como uno de los jugadores sudamericanos más determinantes en la década del '90.
¿Pudo llegar a Colo Colo? El gran mito en la carrera de Marcelo Salas
Marcelo Salas brilló en Universidad de Chile, convirtiéndose en uno de los más grandes ídolos de la institución. Sin embargo, siempre ha rondado a su carrera el mito de que antes de los azules, llegó a probarse a Colo Colo, pero que no tuvo éxito.
No obstante, el propio "Matador" se encargó de desmitificar aquella historia, asegurando que eso "nunca" ocurrió.
“Cuando llego a Santiago me consiguen para probarme en la U, y si no quedaba, en Palestino”, comenzó diciendo en diálogo con Catenaccio Sports.
“Teníamos un compañero de Temuco, que se vino a probar a Santiago y él fue a la U y quedó. Se llama Víctor Sanhueza. Como los dos éramos de Temuco, lo fui a ver y quizás me vieron en el estadio Monumental y pensaron que había ido (a prueba), o después empezó a correr la voz de que no quedé. Pero yo nunca me probé en Colo Colo, eso es un mito”, agregó.
El otro mito de Salas: su 'mala' relación con Zamorano
El ex delantero también descartó los rumores de una supuesta mala relación con Iván Zamorano, con quien conformó la recordada dupla Za-Sa en la Selección Chilena.
“Con Iván no nos llevábamos pésimo, sólo que no compartíamos más allá del entrenamiento. Con Iván hasta el día de hoy tengo una muy buena relación, pero mi grupo eran (Sebastián) Rozental, (Esteban) Valencia, los más chicos”, explicó.
“En cambio, él se jugaba con los más grandes: Nelson Tapia, Fabián Estay, Guatón Vega. No me llevé pésimo con él, sólo que no tuvimos una relación más allá de los entrenamientos. Creo que hasta el día de hoy nunca he ido a comer con Iván”, complementó.
