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La "30" tenía receta: el exitoso plan de apostar por la cantera

Héctor Tapia y Miguel Riffo echaron mano a una vieja y reconocida táctica. Los albos fraguaron el campeonato de la mano de los formados en casa. Destacó Esteban Pavez.

Fernando Jimenez

Domingo 13 de abril de 2014

No podía ser de otra forma. Casi como una mezcla perfecta el plantel de Colo Colo supo bajar la tan ansiada estrella 30° de la mano de un camarín que convivía entre experiencia y juventud.

Con Villar, Fierro, Barroso, Mena, Valdés, Paredes como los más experimentados, la "mano" de Héctor Tapia y Miguel Riffo se comenzó a sentir por una apuesta clásica en antiguas épocas doradas de los albos; la búsqueda del amor por la camiseta desde el lugar de origen: La cantera.

Fue así como el camarín albo salió fortalecido con la madurez de la apuesta iniciada en el torneo anterior. ¿Los protagonistas? Luis y Esteban Pavez, Juan Delgado, Claudio Baeza; los consolidados "de la casa" como Felipe Flores y Sebastián Toro; además de los más "nuevos" como Nicolás Orellana, Dilan Zúñiga y Camilo Rodríguez.

Sumando a Fierro y Mena, en total, son 11 los "caciques" criados en Macul y que ahora se hermanan con el histórico registro de bajar la "30". Y claro, mención aparte para Esteban Paredes, el pitoniso ídolo que a sus 34 años anticipó que volvía a Chile con una misión clara, la misma que hoy desató la algarabía de Arica a Magallanes.

Pero vamos por parte. La zona defensiva, el tradicional problema de Colo Colo desde el último título en la era Tocalli, supo contar con un joven de 18 años que se hizo irremplazable. El zurdo Luis Pavez supo entrometerse en un andamiaje reforzado con Barroso, quien inherentemente hizo subir el nivel de Vílchez, y con el capitán Fierro como carrilero.

Pavez superó los mil minutos como fijo para Tapia y su mayor momento de alegría lo vivió en el duelo contra La Calera. El albo se matriculó con dos goles, sus primeros como profesional, y fue sentenciando su carta de promesa y producto de exportación  en Macul.

Sin embargo, la principal figura joven de Colo Colo vino desde el mediocampo. Ya amparado por sus buenas campañas anteriores, Esteban Pavez se transformó en un fijo para el cuerpo técnico gracias a su despliegue, quite y proyección ofensiva. Se adueñó de la zona central de la cancha y sirvió de aliado perfecto para Jaime Valdés, a quien cubría espaldas en sus arranques, y para conducir el diálogo futbolístico limpio hacia el cerebral Vecchio.

El nominado por Borghi y Sampaoli para selecciones nacionales consolida así lo mucho que se habló en la pretemporada. Pavez es, hasta la fecha, la principal carta alba para el mercado europeo y así lo confirman las anteriores aventuras de diversos clubes por ficharlo.

 

¿Podrá Blanco y Negro retener por más tiempo a su talismán? ¿Cuál será el techo de Pavez?

Otros valor del mediocampo es Claudio Baeza, casi el jugador número "12" del equipo. El mundialista Sub 20 demuestra la vocación del cuerpo técnico por lograr la comunión entre la ruta futbolística y el pensamiento a fututro.

Baeza, Delgado –que no pudo confirmar los buenos augurios del torneo pasado-, son las otras dos piezas que despegaron y aportaron, desde sus parcelas,  para bajar la "30". Lo propio hizo Sebastián Toro, quien reapareció desde el carril derecho para suplir a Fierro, y Felipe Flores, un eterno "apuntado" por los hinchas pero que supo regenerar sus lazos con la Garra Blanca con goles, goles y más goles. Y de los importantes.

De cara a la Copa Libertadores 2015, que ya tiene inscrito a Colo Colo, nace una pregunta lógica. ¿Podrán llegar esta figuras con el plus de la experiencia? ¿Seguirá la política alba canterana? Está por verse.