La partida de Gustavo Canales a Botafogo tan solo dos días después de anunciar su despedida de Universidad de Chile, causó sorpresa e indignación en buena parte de los hinchas.
Esto principalmente por una frase que contenía el comunicado que emitió el club cuando hizo oficial la salida del delantero, donde dejaba entrever que el ariete prefería marcharse por no estar a la altura de un club como la U.
"La determinación fue tomada de común acuerdo, luego de que Gustavo reconociera que no estaba en condiciones de responder como él quisiera a las altas exigencias que significa vestir la camiseta de nuestro Club", dice el segundo punto del texto.
Fue por eso que, tan solo dos días después, se hiciera oficial su incorporación al Botafogo, cuadro recién ascendido al Brasileirao, pero que, pese a eso, es uno de los más importantes y con más tradición de Brasil.
Un nuevo desaire
Esta no es la primera vez que Gustavo Canales se va de la U con una polémica a sus espaldas, ya que un extraño episodio también ocurrió cuando dejó el equipo a inicios de 2012.
El ariete había recibido un ofrecimiento del Dalian Aerbin y tenía prácticamente cerrada su partida, pero finalmente el pase se "cayó" y la U "aseguró" su permanencia en el equipo mejorándole su contrato, considerando que el cierre del mercado de pases estaba muy próximo para buscarle un reemplazante.
Sin embargo, menos de una semana después de esto, los chinos volvieron a arremeter y Canales terminó presionando para que lo dejaran partir, lo que cayó muy mal entre hinchas y dirigentes azules.
Es más, el entonces presidente de Azul Azul, Federico Valdés, lo criticó duramente al decir que, por esto, "mientras yo sea presidente de Universidad de Chile, Canales no volverá a jugar por el club", agregando, irónicamente, que si se le negaba la salida del equipo "se hubiese lesionado mucho".
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