Cuando restaban escasos minutos para el inicio de la Supercopa entre Colo Colo y Universidad de Chile, los comentarios de los hinchas apuntaban a lo mismo: el escaso público en el estadio Santa Laura.
Si bien la definición era entre los dos equipos más populares, las constantes postergaciones del encuentro y las restricciones que había para comprar entradas, produjeron que las graderías del recinto de Independencia se vieran prácticamente vacías.
Para la Supercopa, las autoridades determinaron un aforo reducido de 9.950 personas controladas y los tickets disponibles eran para hinchas de 55 años en adelante.