Gonzalo Flores dio la vuelta larga hasta llegar a la Primera División, donde el pasado domingo debutó en el triunfo de Coquimbo Unido ante Universidad de Chile y fue figura de su equipo.
El portero, de 25 años, fue titular ante los azules por la suspensión de Diego "Mono" Sánchez y aprovechó su oportunidad, la cual no tuvo en sus inicios y que lo llevaron a retirarse del fútbol a los 19 años.
"Partí desde muy chico como central en las escuelas de fútbol y después las cadetes de Audax Italiano. Cuando llevaba seis o siete años en el club, un profe me dijo que no podía seguir, por mi baja estatura. Lo mismo me pasó en otros clubes que estuve después. Me decían que se necesitaban arqueros y centrales altos, así que mejor viera otras opciones", contó en diálogo con LUN.
Así llegó al puesto de arquero, luego de que un primo que jugaba en dicha posición le dijera que el entrenamiento de arquero lo podía hacer crecer algunos centímetros. Así pasó a medir 1.92 metros: “Solamente con los entrenamientos de arquero, no fue nada de vitaminas o de ejercicios aparte. En Palestino estuve un año y tuve la fortuna de ir a jugar un amistoso con la U. Ahí unos captadores me vieron y me dijeron que me probara en la U. En esa etapa, entre Palestino y mi primer año en la U, fue donde tuve el crecimiento más constante, todos los meses estaba creciendo un poco. Incluso tuve problemas en las rodillas a causa de eso, hartos dolores, porque estaba creciendo muy rápido”.
Su paso por la U y el retiro
En la U "me tocó compartir con arqueros que estaban bien considerados y eran parte de selecciones menores como Rodrigo Cancino, Gonzalo Collao o Cristóbal Campos. Entonces yo al lado de ellos lógicamente no iba a tener tantas oportunidades. Llegué en 2016, en 2017 empecé a jugar un poco y en 2018 ya estaba jugando harto. Pero en 2019, cuando supe que iba a nacer mi hija Trinidad, tuve que tomar una decisión y me retiré del fútbol".
"Porque en el club yo veía que no había muchas intenciones de hacerme un contrato profesional, y por un tema económico tenía que tomar la decisión de si seguía ahí, jugándomela por un contrato, o dedicarme por completo a trabajar en otra cosa. En 2019 yo estaba trabajando de noche y en la mañana entrenaba con el equipo, ya era mucho el cansancio. Trabajé seis meses en una empresa química que fabricaba materiales de laboratorio", explicó.
"Fueron tantos años donde me echaron de clubes, donde después no tuve la oportunidad de tener un contrato, en donde ya hubo un cansancio sicológico, con muchas dudas en que si seguía o no seguía, que cuando me salí de jugar la verdad es que nunca pensé en volver", añadió.
Pero el fútbol volvería a su vida más temprano que tarde. Tras seis meses en el retiro, recibió el llamado de Deportes Linares de la Segunda División, luego pasó a Deportes Santa Cruz en la Primera B, y sus destacadas actuaciones lo llevaron a Coquimbo Unido este año.