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Nos cae mal Ter Stegen

Revisa la columna de opinión "La vida según el fútbol" de César Olmos, editor general de Deportes 24 Horas.

24Horas.cl TVN

Jueves 22 de octubre de 2015

Por César Olmos

Nos cae mal Ter Stegen, partamos por ahí. Nos cae mal porque ha sido constantemente explícito en su intención de relegar a Bravo al banco de suplentes, o sea, es asertivo; nos cae mal porque acortó sus vacaciones en once días y llegó MUCHO ANTES a cumplir la pretemporada con el Barcelona, o sea, es mateo; y nos cae mal porque atajaba en el Gladbach nomás y si no es por el play jugando FIFA no lo conocía nadie y ni siquiera fue al Mundial, o sea, es creído. Asertivo, mateo y creído. Mala combinación en Chile.

Nos cae mal Ter Stegen y con él aplicamos toda la dosis de Schadenfreude posible, lo que viene particularmente al caso porque Schadenfreude es vocablo alemán y significa “alegrarse por la desgracia ajena”, cosa que pasó primero en esa final con el Sevilla donde se comió cuatro pero fue campeón y después de manera gozosa en la primera final con el Bilbao donde se volvió a comer cuatro pero esta vez no fue campeón y encima Luis Enrique lo sacó y al partido siguiente puso a Bravo.

Nos cae mal Ter Stegen y tratamos de buscar siempre la más mínima responsabilidad personal en los goles que le hacen, incluso cuando no tiene responsabilidad alguna, lo que es bastante frecuente. Pero siempre algo se le encuentra, un detallito, un centésima de segundo en la reacción, y por eso cuando uno se refiere a un gol que le anotaron al Barcelona lo correcto es decir que “se lo comió” Ter Stegen aunque Ter Stegen no haya abierto la boca.

Nos cae mal Ter Stegen como nos caía mal, a los más veteranos, Prosinecki en el Madrid de Zamorano. Porque Prosinecki no le pasaba nunca la pelota a Zamorano, era una especie de maldito comilón ese yugoslavo que le mezquinaba sin asco los balones a nuestro pobre y esforzado Iván. Es cierto que a veces era el 9 el que no se desmarcaba a tiempo y a veces era que el 10 simplemente tenía mejor opción de pase, pero eso no lo podíamos ver porque detestábamos a Prosinecki, el comilón.

Nos cae mal Ter Stegen y nos caerá mal también Luis Enrique, un tipo de simpatía ya dudosa, si no corrige luego el rumbo. Además, no nos olvidamos de esa decisión absurda de la última fecha de la temporada anterior cuando sacó a Bravo para poner al tercer arquero (¿Masip se llama?), privándolo de rasguñar un récord histórico en la liga para poder presumir de que usó a todo el plantel en el año (incluso puso a Vermaelen). Con el chancho asegurado, claro. Sospechamos que es egoísta Luis Enrique y necesitamos que se enriele y sea coherente, tal como se lo ha pedido la mismísima Carla Pardo. Porque así están las cosas: hasta la mujer de Bravo tuvo que salir al baile para exigir justicia.

Nos cae mal Ter Stegen y no nos importa que tenga 23 años, ataje todo y sea el futuro. Lo hallamos envidioso, abacanado y asegurado. No lo queremos. Queremos a Bravo.

Que se sepa.