El reloj marcaba las 16.35 minutos del 11 de septiembrecuando el Estadio Monumental quedó completamente en silencio. Un trompetatocada por un funcionario de carabineros daba el último adiós a Sergio Livingstone.
"Grande Sapo" , gritó un hincha, y segundos más tarde losasistentes aplaudieron gritando: “Sapo, sapo querido… Los chilenos jamás teolvidarán”. El homenaje se repetirá en todos los partidos de las clasificatorias sudamericanas.
Segundos más tarde, los chilenos en la cancha, que lucen una jineta color negro en el brazo izquierdo se alistaron para empezar, siempre recordando al arquero más grande de lahistoria de Chile.