A inicios de julio, el Tribunal de Disciplina de la ANFP remeció el fútbol chileno al castigar con 20 partidos a Juan Pablo Miño, jugador de Brujas de Salamanca, por una presunta agresión al árbitro Bastian Pavez tras recibir tarjeta roja en la derrota 3-0 contra Provincial Osorno en la Segunda División. "Propina un cabezazo en el pómulo y, de forma simultánea, le pisa el empeine con los estoperoles, evidenciando una conducta violenta e intencional", expresó el juez en su informe.
El futbolista apeló a dicho castigo ante la Segunda Sala y durante las últimas horas obtuvo respuesta. "De las 20 fechas -que fue algo totalmente exagerado- bajaron a nueve, pero ya cumplí dos y me quedan siete. Tengo bronca e impotencia porque quedó más que claro que el árbitro faltó a la verdad. Presentamos testigos y ellos declararon que nunca vieron la agresión", sostuvo en diálogo con 24horas.cl. "Los testigos fueron jugadores de Provincial Osorno, sintieron que fue una injusticia grande y agradezco la disposición que tuvieron para ayudarme. Estoy con impotencia y bronca, se me juzgó con un informe que fue falso", manifestó el argentino.
Aún afectado por la situación que lo tendrá fuera de las canchas, el mediocampista sostuvo que "todo quedó claro en la Segunda Sala, se presentaron imágenes y en ningún momento se muestra una agresión. Se me juzgó y expuso públicamente con un fallo histórico sin tener la idea si pasó o no pasó".
"Tengo palabras de agradecimiento, sobre todo para el presidente Miguel Pereira y su directiva, el apoyo fue incondicional desde el primer minuto y es lamentable que una situación así me perjudique a mí y a la institución", puntualizó Juan Pablo Miño, quien recalcó su molestia hacia el escrito presentado por el árbitro Bastián Pavez.
"Fue una sanción exagerada, fuera de lugar, el informe era totalmente falso. Quiero ver si al árbitro lo van a medir con la misma vara. Esperaré que termine la sanción que me impusieron, pero lo que me pasó no se lo deseo a ningún jugador", cerró.