La indisciplina y el amor le pasaron la cuenta a Kim Collins. El velocista de Saint Kitts y Nevis fue expulsado de los Juegos Olímpicos por pasar una noche fuera de la Villa Olímpica... con su mujer.
El velocista, quien fue abanderado de su país en la ceremonia inaugural de Londres 2012, aseguró que no existía ninguna posibilidad de que se separara de su esposa, lo que terminó por sentenciar la decisión.
Estos no fueron los únicos problemas que tuvo el campeón de los 100 metros planos en 2003. Collins "registró repetidas ausencias en los entrenamientos y su negativa a responder a las llamadas telefónicas y correos electrónicos del jefe de equipo y los entrenadores", comentó el Comité Olímpico Internacional (COI).
"Además, Collins no se ha presentado en la Villa Olímpica para inscribirse en sus pruebas, como es preceptivo", continúa el comunicado del COI.
El propio atleta se refirió a lo acontecido vía Twitter. Confesó que "hasta los presos reciben la visita de sus esposas".
Esto llevó a Collins a pensar en la idea de cambiar de ciudadanía. "A quienes me vieron competir en México (Panamericanos de 2001), quiero decirles que aquella fue la última vez que represento a mi país".