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"En mi vida me había impresionado tanto": Marcelo Ríos confesó qué le ocurrió tras conocer a Juncheng Shang

El ex tenista chileno se encuentra en un periodo de prueba con la gran promesa del tenis chino. "Me recuerda mucho a mí", aseguró.

24horas.cl

Miércoles 3 de agosto de 2022

Marcelo Ríos aceptó hace un tiempo un ofrecimiento para convertirse en entrenador del circuito, específicamente de la gran promesa china Juncheng Shang, con quien finalmente comenzó a entrenar a finales de julio.

La joya del tenis asiático tiene solo 17 años y ya está dentro de los 350 mejores del mundo. De hecho, en 2021 se convirtió en el mejor tenista junior del planeta. Sin embargo, por ahora se encuentran en un periodo de prueba hasta que lleguen a un acuerdo económico, por lo que por ahora el "Chino" decidió no cobrarles.

“Empezamos el viernes 22, tuvimos seis días para entrenar. Esto fue más como una prueba para decidir si vamos a seguir o no. Ellos me ofrecieron un acuerdo económico y Jeff (Schwartz), mi agente, está negociando con ellos. Pero a mí se me ocurrió que, como él iba a jugar cinco challengers, le dije que jugara cuatro y descansara después de los dos primeros; luego entrenábamos una semana y yo lo acompañaba a los otros gratis y que solo me pagara los pasajes”, contó el ex número uno a La Tercera.

"Lo que más les causa agradecimiento es que no cobre. Que les diga que no quiero plata, eso no se ve”, agregó.

Los seis días que llevan de entrenamiento juntos fueron suficientes para causarle una buena impresión al "Chino", quien admitió "me recuerda mucho a mí, es muy parecido en la manera de ser. En mi vida me había impresionado tanto al ver jugar a alguien".

"Lo había visto jugar con Shapovalov, me llamó la atención, pero no lo pesqué mucho. Aparte tiene 17 años y nunca ha tenido un entrenador de tiempo completo y ni ha hecho una pretemporada. Está 300 solo por lo que ha visto. Imagínate si lo llego a entrenar o lo llegan a entrenar, el potencial que tiene es increíble”, añadió.

“Técnicamente, él es muy bueno, pero tácticamente le falta mucho todavía. Lo bueno es que va aprendiendo rápido y no me impresionaría que el hueón se metiera rápido y terminara 150 ahora y no el próximo año”, complementó.

Respecto a los consejos que le ha dado, Ríos reveló que "el pendejo entiende rápido. Lo que sí, creo que es demasiado buenito, porque los chinos por una cosa de cultura son así. A lo mejor es muy educado, aunque quizás lo que menos tengo es ser educado".

¿Un ejemplo? “Cuando la pelota pega en la net, dice ‘sorry, sorry’, como si fuera demasiado malo. O tampoco se atreve a pegar un pelotazo. Entonces, le dije ‘hueón, pónselo en la cara’. De hecho, le puse un pelotazo. La pelota dio en la red y me quedó para pegarle y él no se movió y le llegó en el pecho. Pero él entendió el mensaje. ‘Eso es lo que te va a pasar en un partido, es parte del juego y no tiene nada de malo. Por último, después dices sorry. A veces no tienes otra opción que tirar la pelota fuerte al cuerpo’, le expliqué”.

“También le he dicho: ‘Te veo tirando un partido, yo me paro y me voy’. Y él se ríe y yo le respondo ‘de qué te reís, hueón’. Le digo ‘no te estái moviendo, última posibilidad que te doy’. Otra vez le dije ‘me hacís ir a Egipto y tiras un partido allá, nunca más me vas a ver’. Pero él entiende y todo es en buena onda. Lo tengo que hacer más perro en la cancha, tampoco irrespetuoso. Le digo que en el tenis no viene a hacer amigos, que esto es una lucha, una guerra que hay que ganar. Puedes jugar hasta los 40 años, si lo haces bien. O sea, te quedan 23 años de carrera. La gracia es que, cuando te retires, digas ‘di todo lo que podía dar’, porque uno nunca sabe qué puede pasar. ‘Dalo todo, sácate la cresta y yo te voy a ayudar’. Pero fuera de hueveo, le agarré cariño”, confesó.

Sobre la relación entre ambos, el "Chino" -en su particular estilo- entregó algunas anécdotas: “Yo tengo un humor negro y él me entiende las tallas, se ríe y me contesta. No me deja que le hable en inglés, me pide que le hable en español porque quiere aprender español. Entonces, le hablo como chileno. Le digo ‘ándate a la chucha’, y ahí caga”.