Toyota quiere ser la sensación del próximo Salón del Automóvil de Tokio, que se celebra en la tercera semana de este mes.
Su principal apuesta será su particular visión del auto del futuro. Un diseño pensado para una nueva movilidad. Se trata del FV2, una evolución de lo que la marca considera un Fun Vehicle (Vehículo divertido) después del FV1 que ya mostrase también en Tokio hace ahora dos años.
El FV2 parece una mezcla entre un coche, una moto y el famoso patinete Segway que tanto se utiliza para paseos turísticos. Tiene cuatro ruedas dispuestas de una forma diferente: una delantera, dos centrales y una trasera. Es un vehículo monoplaza donde el piloto no dispondrá ni de volante ni de manillar.
La forma de manejar este auto será a través de los estímulos procedentes del cuerpo del piloto (adelante, atrás, a la derecha o a la izquierda), los que el FV2 es capaz de reconocer y los que guían la marcha.
Equipado con la tecnología Toyota Heart Project que, entre otras cosas, emplea un sistema de reconocimiento de voz y de imagen para determinar el humor del conductor, sugerirle destinos a partir de un historial de recorridos, habilitar sistemas de asistencia e incluso variar el color de la carrocería en función de su estado anímico.
El FV2 también suministra, a través de la proyección de realidad aumentada sobre el parabrisas delantero, información de seguridad, incluidos avisos sobre vehículos en ángulos muertos y en intersecciones.