La mordida de Luis Suárez a Giorgio Chiellini en el Mundial parece un juego de niños comparado con lo que hizo Brian Lake.
Este jugador de fútbol australiano -deporte muy parecido al rugby- se salió completamente de sus cabales en un partido donde su equipo, el Hawthorn, se enfrentaba al North Melbourne.
Luego de padecer la férrea marca de Drew Petrie, Lake persiguió a su rival -quien ya no tenía la pelota- para dejarlo en el suelo e, insólitamente, comenzar a estrangularlo.
Petrie trataba de sacárselo de encima como día, dando manotazos que no amedrentaban a Lake que, incluso, se animó hasta morderlo.
La acción llegó a su fin luego que varios jugadores intentaran separarlos, lo que costó bastante, pero que finalmente ocurrió para que todo no terminara en tragedia.
Lo más curioso es que tras esta acción que podría haber tenido consecuencias mucho más graves, Lake solamente fue sancionado con cuatro partidos sin jugar, lo que parece insignificante comparándolo con los cuatro meses a los que fue sancionado Suárez por su tan famosa mordida.