En uno de los deportes más populares de los Estados Unidos, el Nascar, Jeff Gordon y Clint Bowyer protagonizaron una verdadera batalla campal en los boxes.
La molestia de Gordon fue porque Bowyer le arruinó la carrera cuando faltaban siete vueltas para que terminara la carrera.
Cuando llegó a los boxes el equipo del damnificado decidió hacer justicia con sus propias manos.
Los dos pilotos llegaron a la carrera del fin de semana con chances para pelear por el título. Tras los incidentes los pilotos se juraron venganza y aseguraron que ahora sin chances de seguir peleando por el título en las próximas carreras puede suceder cualquier cosa.