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Las complicaciones de ser árbitro

Carlos Toro es uno de los principales jueces de la Liga Superior. Aquí su experiencia.

Alonso Sanchez

Lunes 20 de agosto de 2012

Los partidos se juegan con las revoluciones a mil. Cualquier rocese malinterpreta, cada falta viene siempre con alegatosy los gritos desde afuera de la cancha son unrecordatorio al árbol genealógico del responsable: El árbitro.

Enun deporte tan pasional y polémico, la figura encargada de mantenerel orden y hacer valer las reglas es generalmente el blanco detodas las críticas, el responsable de muchos resultados finales.Los alegatos, justificados o no, son para estos protagonistas merosdetalles, en una profesión que son pocos los que encuentras ciertogrado de satisfacción por ejercerla.

Carlos Toro es uno de ellos.Jugador de fin de semana, hace 5 años agarró el silbato por primeravez y un amigo suyo, árbitro, le comentó que tenía dedos para elpiano. Hoy, es uno de los encargados de impartir justicia en laLiga Superior.

¿Qué diferencias hay para arbitrar entre una canchade futbolito y una de fútbol 11?

- Es más fácil. Mientras másreducida la cancha mejor. Son menos los espacios que hay recorrer ypuedo estar más metido en las jugadas.

¿Qué le ha parecido el nivelde la Liga?

Hay de todo, como en todas partes. Tanto en el nivelfutbolístico como en la actitud de los jugadores. He aprendido afiltrar los gritos y mantenerme al margen, ya que uno sabe queadentro de la cancha le gente se transforma.

¿Hay técnicas demanejo o de interpretación según cada partido?

Arbitrar no es tandifícil como parece. Mientras uno tenga claro el reglamento y laconfianza de que la interpretación personal es acorde con lo queestá sucediendo dentro del terreno de juego, el trámite se hacefácil. Eso sí, siempre hay cosas que se tienen que tener en cuenta,como por ejemplo al jugador mañoso o al más talentoso. Se va aaprendiendo en el camino.

¿El árbitro se hace o se nace?

De lasdos. Hay que tener ciertas características propias para serárbitro, no todos pueden. Mantener la calma y el autocontrol es unade ellas. Eso no quita que en el camino también hay queperfeccionarse y agarrar experiencia.

¿Cómo evaluaría el desempeñodel arbitraje nacional?

Imagina que según la FIFA, el mejor árbitrodel mundo se equivoca 7 veces por partido, en promedio. Si eso lepasa al mejor, imagina que nos queda a nosotros. Somos humanos y elreglamento tiene un carácter interpretativo que deja espacio aljuicio del árbitro. Si creo que hace falta más diálogo por parte delos árbitros en Chile, llevar a los jugadores y mantener un diálogocon ellos.