El presidente ruso, Vladimir Putin, ordenó a funcionarios que superen con rapidez los fallos y retrasos en los preparativos para los Olímpicos de Invierno de Sochi y dijo que no esperaba nada menos que unos "Juegos brillantes".
La ciudad del Mar Negro y su villa olímpica aún parecen sitios en construcción a cinco meses del comienzo de los Juegos, en los cuales Putin ha apostado gran parte de su prestigio personal y nacional. Todavía se trabaja en las sedes y en otras obras de infraestructura.
Al examinar los trabajos preparatorios, Putin dijo a un ministro del Gobierno que le informe del proceso cada dos semanas.
El mandatario no dio detalles de los retrasos y problemas, excepto para expresar consternación por recientes inundaciones en el aeropuerto de Sochi, que fue reaccionado por una compañía cuyo propietario es Oleg Deripaska, uno de los principales empresarios de Rusia.
"Pese a la cantidad de trabajo que se ha hecho -es de un tamaño colosal- hay continuas fallas y retrasos que en general son normales para un trabajo tan grande", dijo Putin a funcionarios locales en Sochi.
"Pero quiero recordarles la fecha de comienzo de los Juegos y el hecho de que no podemos cambiarla (...) Para hacer frente a este problema, tienen que trabajar muy eficazmente", dijo el mandatario.
Putin considera el organizar los Juegos como una posibilidad de mostrar al mundo lo que Rusia puede lograr más de dos décadas después del colapso de la Unión Soviética.
El costo de la organización alcanzaría los 50.000 millones de dólares, mucho más de lo esperado inicialmente y más que cualquier otro evento olímpico.
Dejando en claro que no aceptará un fracaso, según la agencia Interfax Putin dijo: "El resultado esperado por nosotros son unos Juegos brillantes".