El apoyo a las manifestaciones populares masivas contra laorganización de la Copa del Mundo en Brasil cayó del 75 al 54% en menos de unaño -de agosto de 2013 a mayo de 2014-, según una encuesta gubernamentalpublicada este viernes.

Este porcentaje contempla a las personas que semanifestaron, que les hubiera gustado manifestarse o que apoyan las protestas,tal y como recoge el estudio de la Secretaría de Asuntos Estratégicos (SAE) delgobierno.

Brasil, séptima potencia económica del mundo, fue sacudidael año pasado, en plena Copa Confederaciones, por un movimiento socialhistórico contra los costes del Mundial para los contribuyentes (valorados en11.000 millones de dólares), así como por las deficiencias de los transportespúblicos, la educación y la sanidad en este país de 200 millones de habitantes.

Las manifestaciones fueron perdiendo intensidad con el pasodel tiempo, aunque se radicalizaron bajo la influencia de los gruposanarquistas conocidos como Black Blocs, lo que hizo que muchas concentracionesdegeneraran sistemáticamente en incidentes con la policía y actos devandalismo.

La encuesta del SAE, que se realizó en 200 ciudades y a3.800 personas, muestra igualmente que el número de brasileños que se oponen alas manifestaciones aumentó significativamente, pasando del 25,69% de agosto de2013 al 45,78% del pasado mayo.

Preguntados sobre su participación en nuevasmanifestaciones, el 22,70% de los encuestados afirmó que no se manifestaba yaque no estaba de acuerdo con el resultado de las anteriores movilizaciones.

Según el ministro del SAE, Marcelo Neri, el movimiento deprotesta en Brasil está principalmente formado por jóvenes, con un nivel deestudios elevado y acceso a internet.

Actualmente, la mayoría de brasileños están viviendo conintensidad la celebración del Mundial, donde sueñan con convertirse encampeones por sexta vez en su historia y por primera ocasión en casa, el 13 dejulio en el estadio Maracaná de Rio de Janeiro.

Las manifestaciones que se siguen sucediendo al margen delMundial no están contando, de momento, con mucha presencia de público y apenasreúnen a pequeños grupos de militantes de extrema izquierda o anarquistas.