Este lunes, los Juegos Olímpicos de Sochi vivieron el debut de uno de los deportes más llamativos que existen: el curling.
A diferencia de la excitación generada este fin de semana en pruebas como el slopestyle o el descenso, repletas de trucos imposibles y máxima destreza física, el llamado "juego rugiente" (por el ruido que generan las piedras que se deslizan por la pista helada) genera otro tipo de emociones.
Por primera vez desde que el curling fue incluido en el programa olímpico en 1998, este deporte se disputa en el centro de la acción. La competencia ha sido dispuesta junto a las principales atracciones de los Juegos, agregándole un nuevo punto de aceptación a un deporte que no hace mucho era ridiculizado como una diversión de fin de semana para amas de casa y hombres fuera de forma.
Jugado por vez primera en los lagos helados de la Escocia medieval, el curling es un deporte antiguo que busca su lugar dentro del mundo de los deportes modernos.
"Es perfecto. Son unos Juegos Olímpicos increíbles, el parque olímpico, las condiciones", comentó el británico David Murdoch tras derrotar a Rusia por 7-4 en el partido inaugural.
"Parece que genera afición durante los Juegos Olímpicos y alguien de la BBC nos dijo que es una de las emisiones más populares, y eso es lo que queremos. Creo que pasamos tanto tiempo en el hielo que la gente puede implicarse realmente, verte en TV y empezar a animarte", aseguró.
Lo cierto es que este pintoresco deporte tiene aspectos realmente originales, como que los torneos son abiertos por una banda de gaiteros -en el caso de Sochi, procedentes de Moscú-, el hecho de que las piedras deslizantes de 20 kilos sean extraídas desde hace un siglo de una cantera situada en una pequeña isla volcánica de Escocia, o que los participantes que luchan por las dos medallas de oro en juego sean en su mayoría auténticos amateurs con trabajos a tiempo completo que juegan solo por el amor al deporte.
Sin embargo, es importante destacar que esta sobredosis de "buen rollo" no es sinónimo de falta de competitividad, ya que los 'curlers' persiguen el oro con el mismo ahínco y pasión que sus colegas en el resto de disciplinas olímpicas.
Por ejemplo, el campeón mundial sueco Niklas Edin es conocido como el "John McEnroe del curling", un fiero competidor capaz de destrozar su escoba o proferir todo tipo de insultos cuando las cosas no van como a él le gustan.
En su debut en Sochi, no se le vio especialmente feliz con el apretado triunfo por 7-5 sobre Suiza, pero logró mantener su temperamento bajo control.
Por su parte, Canadá, una de las grandes favoritas al oro, tuvo un complicado comienzo, ganando por 11-8 a la combativa Alemania.
En este país norteamericano, el curling es tan seguido que hasta ponen el nombre de héroes como Eddie "The Wrench" Werenich o Schmirler "The Curler" a parques y autopistas, llegando a tener un estatus casi similar estrellas como los jugadores de hockey sobre hielo Sidney Crosby o Wayne Gretzky.
Fuente: Reuters