El oso polar es una de las tres mascotas de los Juegos Olímpicos de invierno que se están celebrando en Sochi, Rusia.
Pero no se crean que el trabajo de mascota es fácil. Todo el día de pie, animando a la hinchada, de una cancha a otra. Y al terminar la jornada laboral, aún le esperan más problemas.
Cuando el osito se retiraba para su casa, se encontró que era demasiado grande para poder viajar en auto. El problema: el tamaño de su cabeza, no cabía en el vehículo que le debía llevar a descansar.
Esta curiosa situación tuvo finalmente remedio. Tras unos minutos de intentar entrar en el auto, se dio cuenta de que sí entraba en la parte trasera del vehículo.
Listo para otro duro de trabajo en Sochi.