Y su adiós no podía ser de otra manea. Batallando, viniendo desde atrás, corriendo cada pelota, no dando nada por perdido.
Sí. Nicolás Massú ganó títulos, gano medallas de oro, hizo historia. Sin embargo, lo que deja no son trofeos: su legado quedará eternamente marcador por el esfuerzo, la superación y la garra.
Hoy, la carrera del tenista viñamarino llegó a su fin, pero su tenis, espíritu y amor por Chile será el tesoro que todos los hinchas que vibraron con cada una de sus hazañas guardarán por siempre.
En un Movistar Arena lleno, el "Vampiro" terminó su vida deportiva con una exhibición de buen tenis. Además, contó con la participación estelar de su compañero y amigo, David Nalbandián, quien también se retirará de la competencia en un par de días en Buenos Aires.
En la previa, los invitados estelares Novak Djokovic y Rafael Nadal vieron junto al chileno, una serie de videos que contenían saludos de grandes personalidades de toda índole: Fernando González, Marcelo Ríos, Juan Ignacio Chela, Mauricio Ricardo Pinilla hasta Beto Cuevas le rindieron homenaje antes del inicio de su último encuentro.
En lo deportivo, Nicolás Massú comenzó algo débil, pero con el correr del encuentro comenzó a desempolvar lo mejor de su tenis que lo llevó hasta el puesto número 9 del ranking de la ATP.
Al frente, el "Rey David", con su prodigiosa muñeca, complicó en más de alguna oportunidad al nacional que se veía algo cansado, pero feliz. La primera manga, después de increíbles y atractivos puntos y un par de quiebres por lado, quedó en manos del chileno por 6-4.
En el segundo set, la historia, pese a la historia, fue algo más fácil para Nicolás Massú, quien aprovechó algunas dolencias del trasandino principalmente en su servicio, para presionarlo con la devolución. Así, el doble medallista olímpico de Atenas se quedó con el segundo set con un cómodo 6-2.
Esta fue su última victoria en el tenis. Un deporte que le supo entregar alegrías, pero sobre todo, amor absoluto del público chileno que hoy se puso de pie en el Movistar Arena para gritar fuerte y para siempre ¡Gracias Nico!