Sabido es que Mario Sharapova es una de las mejores tenistas del mundo. Y además bella. Su palmarés presenta cuatro títulos de Grand Slam (Wimbledon en 2004, US Open en 2006, Australian Open en 2008 y Roland Garros en 2012). Pero, aunque no lo crean, esa no es su única habilidad atlética.
Exactamente. En la víspera de su debut en el torneo londinense, la rusa de 26 años apareció distendida con sus entrenadores y ayudantes. Los acompañaba un balón con el que practicaron el tradicional “que no caiga”.
Y para sorpresa de todos Sharapova no desentonó. La soviética dominó el balón con sus muslos con técnica y precisión.
La ex número uno del mundo y medalla de plata en Londres 2012, tocó con criterio y precisión para mantener el balón en alto. Finalmente el esférico toco el suelo y llegó el lamento de la bella raqueta de Rusia.