Juan Martín del Potro se tenía fe y mucha. Sus buenas actuaciones en los partidos previos a los cuartos de final de Roland Garros eran esperanzadores, incluso aunque al frente tenía a uno de los mejores de la historia del tenis: Roger Federer.
El argentino comenzó muy bien. Le quebró rápidamente el servicio al suizo en el primer set, lo que fue suficiente para que se quedara con la primera manga por 6-3. El segundo parcial también fue para el de Tandil por 7-6, pero el ex número uno del mundo se repuso, sacó a relucir su máximo nivel y ganó las otras tres mangas por 6-2, 6-0 y 6-3 en un impresionante partido.
Así, el argentino dejó pasarla oportunidad de vencer por tercera vez en su carrera al suizo y acceder a las semifinales del Abierto de Francia, sitial en el que se ubicó Roger Federer.
Desde el tercer set en adelante, Del Potro no pudo contra un tenis prácticamente perfecto de Federer. Su potente derecha y su ajustado revés de fondo de cancha imposibilitaron a Juan Martín del Potro poder cerrar el partido.
Además, el argentino comenzó a fallar y mucho —como no lo había hecho durante todo el torneo— lo que permitió también el envión anímico que finalmente llevó a "Su Majestad" a una nueva semifinal de un torneo de Grand Slam.
Ahora, en la ronda de los cuatro mejores del polvo de ladrillo francés, Federer se medirá ante el vencedor del duelo entre el francés Jo Wilfried Tsonga y el serbio Novak Djokovic.