Una escena inédita para el tenis se vivió en la final del ATP de Estambul. El protagonista fue Grigor Dimitrov, quién no soportó la furia de su mal juego y tomó la decisión de romper dos raquetas al hilo para finalizar el partido.
El tenista búlgaro ya había roto dos más durante el transcurso del duelo y cuando perdía el último set por paliza completó las cuatro.
Una acción que le valió las pifias del court y también, el descuento de un game como sanción. El tema es que ya perdía por 5-0, entonces, el castigo significó el 6-0 sin siquiera haber disputado el último juego.
De esta manera sin precedentes, el tenista argentino Diego Schwartzman se adjudicó el título con parciales de 6-7 (5), 7-6 (4) y 6-0.