El británico Andy Murray venció Novak Djokovic en la final de Wimbledon y de paso terminó con una maldicición de 77 años.
Tuvieron que pasar esos años para que un tenista británico volviera a levantar la copa del Grand Slam más importante de la superficie de pasto.
Fueron tres horas y nueve minutos las que necesitó el tenista de 26 años para poder doblegar al actual número uno del mundo.
En las tribunas del All England Club, el court central del complejo, se encontraba la familia del tenista, entre ellos su madre Judy Murray y su novia, Kim Sears.
Judy Murray era enfocada por la transmisión cada vez que su hijo erraba una pelota o lograba un punto ante el serbio.
Una vez finalizado el partido, Murray subió las tribunas y se dirigió hacia ambas para saludarlas.
"Creo que ganar Wimbledon es la cima del tenis. Todavía no me lo puedo creer", dijo Murray en la conferencia de prensa posterior el partido.