Las apuestas en la previa corrían en favor de la danesa Caroline Wozniacki (14° WTA), y ex número uno del tenis femenino, en su duelo por semifinales ante la sorprendente china Shuai Peng (39°) que a sus 28 años disputaba por primera vez un duelo de esta envergadura en singles de un Grand Slam.
Claro, la asiática, ex 11°, tiene un mejor registro en dobles donde se ha titulado campeona en Wimbledon y Roland Garros; sin embargo, en el Artur Ashe tenía la oportunidad de consagrarse ante la nórdica. Y dio pelea. Hasta el final.
Pese a caer en el primer set por 6-7, cuando se disputaba la segunda manga y caía 3-4 ante Wozniacki comenzó a evidenciar serios problemas físicos que la llevaron a postrarse sobre el cemento duro de Nueva York y ser atendida por los equipos médicos. De hecho, la asiática acudió al camarín levantando versiones sobre un presunto retiro.
El clima de tensión era total en la cancha y la propia Wozniacki lo sabía. En medio de la incertidumbre la ex monarca del tenis mundial seguía practicando su rutina de saques en espera de su oponente. Y volvería. Peng salió del túnel en un gesto heroico y se plantó para disputar el desenlace del duelo. Pero no resistió.
Nuevas dolencias obligaron a la presencia de los profesionales e incluso una silla de ruedas. A esa altura Wozniacki ya había pasado por alto la red y era una más atendiendo a su rival que lloraba desconsoladamente.
De esta forma la danesa se mete en una nueva final de Grand Slam donde intentará borrar su mala experiencia en la única definición de esta instancia. En 2009 cayó ante la belga Kim Clijsters en este mismo torneo por 5-7 y 3-6. Espera, en este 2014 poder levantar, de una buena vez, la corona de un "Major".