"Lo que quiere el pueblo, es que se vaya Blanco y Negro".
Es el cántico que más se escucha desde hace algún tiempo en el estadio Monumental siempre que Colo Colo gana, empata o pierde.
Este domingo, tras el pobre rendimiento exhibido ante Unión Española, ese cántico, que es el máximo deseo de los hinchas, fanáticos y socios del club, se escuchó más fuerte que nunca.
Sin embargo, desde la concesionaria que maneja los destinos del elenco 'Popular', no piensan abandonar el sitial que poseen y le "darán pelea" a quienes piden su salida.
Al menos eso es lo que se entiende de las declaraciones de Aníbal Mosa, el principal accionista de Blanco Y Negro quien en vez de hacer una autocrítica y dejar en evidencia cuáles han sido los errores cometidos en lo futbolístico y dirigencial, contestó de manera desafiante ante el clamor de la pronta salida de la concesionaria.
"Yo no me voy a ir, tendrán que sacarme con los pies para adelante. Nosotros somos los más afectados cuando el equipo anda mal", aseguró Mosa en declaraciones tras el partido.
"Tenemos toda la confianza en el técnico, estamos dando la cara. Obviamente Benítez está afectado, pero confiamos en que sacará adelante esto. Si me dicen que si se va Aníbal Mosa mejora Colo Colo, me voy, pero eso no asegura nada", insistió un desafiante Mosa.
Tras el partido, cientos de hinchas de agolparon en la entrada principal del estadio Monumental para presionar y seguir pidiendo la salida de Blanco y Negro.
La policía tuvo que intervenir y los desmanes comenzaron cerca de las inmediaciones del recinto de Macul.
En las redes sociales la situación no varió en lo más mínimo y hashtag como #FueraByN y #Monumental se transformaron rápidamente en trendig topic.
El momento que vive Colo Colo en lo futbolístico y dirigencial es de extrema gravedad: marchan penúltimos en el Torneo de Apertura y no se ve un futuro esperanzador.
Además, el quiebre entre los fanáticos y la concesionaria está en su punto más tenso y declaraciones como la de Aníbal Mosa no hacen más que exacerbar el clima de tensión de una hinchada que está cansada de ver un fracaso tras otro.
Ya se ha anunciado que la "batalla" entre ambas partes seguirá. Esto, al parecer, está lejos de terminar.