Colo Colo necesitaba los tres puntos sí o sí y los consiguió. Tras el tropiezo de la Universidad de Chile en la jornada del sábado ante Barnechea, el "clásico" ante la UC era la ocasión perfecta para los de Héctor Tapia de alcanzar a los azules en el liderato.
Un peregrinaje que ha sido largo, difícil y que en San Carlos de Apoquindo tuvo un nuevo episodio que alimentará las polémicas que ya han marcado en demasía el trámite final del torneo de Apertura. Los albos lo ganaban 1-0 cuando un tiro libre encontró la fantasmal aparición de Mark González que con un cabezazo ponía el empate; sin embargo, en ese momento Justo Villar estaba caído en el suelo producto de una bomba de ruido.
Los alegatos, empujones, dimes y diretes, se tomaron todos los rincones de la cancha y sobre el césped los ánimos estaban a mil por hora. Ya poco importaba la apertura de la cuenta producto de un autogol de Cristián Álvarez a los 15 minutos, tampoco los proyectiles caídos sobre Emiliano Vecchio al intento de sacar un córner, ni la desesperada presión de la UC de Julio César Falcioni por no decepcionar una vez más ante su gente.
El juez Eduardo Gamboa validó la acción que marcaba las tablas transitorias y los visitantes se vieron extremadamente urgidos por desnivelar y aprovechar la chance de compartir liderato ante la U, esa que parecía lejana pero que tras el triunfo en el Monumental se fue acercando lenta y sistempaticamente. Pero faltaba un héroe. Y apareció.
Jaime Valdés agarró un balón por la derecha del ataque y tras eludir a los rivales sacó un misíl de zurda que venció la opaca resistencia de Franco Costanzo. A esa altura, y con el polémico empate de Mark González en la cabeza, se desataba la fiesta alba en la precordillera que debería resistir los últimos 20 minutos más ocho de descuento. A fin de cuentas, un triunfo difícil, trabajado y que pone a los de Tapia punteros por diferencia de goles pero, según los criterios de la ANFP, obligando a la realización de un lance definitorio. Y no olvidar a Wanderers, quien amenaza un punto por detrás y donde los albos definirán su suerte en la última fecha.