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Brecha salarial: Mujeres chilenas reciben un 15% menos de sueldo que los hombres

La mayoría de las trabajadoras tienen empleos con menor estabilidad y formalidad. La desigualdad además se presenta más agresiva en los cargos altos.

Francesca Cassinelli

Jueves 7 de marzo de 2019

Ya no es extraño ver jefaturas femeninas en una empresa, pero aún hay obstáculos y desafíos.

La integración de las mujeres al mercado del trabajo mejora cada año y, en Chile, su incorporación en la fuerza laboral ha subido más de 14,3% en los últimos veinte, llegando a 50,6%.

La brecha de salario por género, sin embargo, sigue siendo un obstáculo importante. En Chile -de acuerdo a cifras recolectadas por la OCDE en 2015- las mujeres percibían casi un 15% menos de sueldo que los hombres.

*Los datos corresponden a 2014, a excepción de México y Chile (información de 2015) y Francia y España (datos de 2012).

Las diferencias de remuneraciones, además, se acrecientan en los cargos más altos. La especialista Pamela Caro, directora del centro Cielo de la Universidad Santo Tomás, explica que dichos salarios "no son tan públicos" y que hay mayor espacio para negociar.

La desigualdad en el mundo laboral no se evidencia solo en el pago, sino que también en los tipos de trabajo a los que optan los trabajadores. De acuerdo a la Organización Internacional del Trabajo (OIT), las mujeres tienen más posibilidades de tener empleos vulnerables que los hombres.

Definiciones

 

Ellas suelen trabajar por cuenta propia o de forma auxiliar, con un bajo acceso a contratos laborales formales y estables: en Latinoamérica y el Caribe un 6,5% de las mujeres trabaja para una persona que vive en su mismo hogar (como ejemplo de esto son los negocios familiares) , pero no es "socia" de la empresa en cuestión. Solo el 2,9% de los hombres vive esa situación.

Pamela Caro también menciona que, según la revista Forbes, solo el 5% de los directorios de empresas alrededor del mundo tienen mujeres en sus filas. En nuestro país dicha cifra rondaría el 3%.

En los siguientes gráficos, basados en información de la OIT, se evidencia cómo las mujeres trabajan predominantemente en el área de servicios. La industria y la agricultura representan menos de un quinto de su fuerza de trabajo.

 

Las causas

"Las principales razones están en primer lugar en la cultura", dice Caro, explicando que "los salarios de las mujeres (se perciben) como un segundo salario. Se les ofrece un sueldo inferior porque se subentiende que tiene una pareja que es la proveedora".

Otro factor es la dificultad para conciliar el mundo profesional con el familiar, situación que se evidencia tanto en las largas jornadas de trabajo como en el costo de servicios de cuidado de niños o aseo del hogar, labores que culturalmente recaen en mayor medida sobre las mujeres.

En su informe de análisis económico de Chile 2018, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE) plantea que una posible razón para la baja participación femenina en el mundo laboral está en la dificultad de encontrar servicios de cuidado infantil y en el elevado costo que poseen.

El documento también cuestiona políticas como la ley que establece que las empresas con más de 20 empleadas tengan un servicio de cuidado infantil, señalando que "constituye un obstáculo para el empleo femenino y está parcialmente internalizado en los menores sueldos asignados a las mujeres".

La experta de la UST también se mostró en desacuerdo con dicha medida, exponiendo que evita que las empresas contraten a la "mujer número 20".

Finalmente, Pamela apunta al acoso laboral sexista, conducta que distingue del acoso sexual en el trabajo. El primero apunta al acoso a través de características propias de un género, mientras que el segundo refiere a avances de tipo sexual.

Proyecciones

"No creo que ningún Estado ni ninguna empresa sea capaz de retroceder los avances que han tenido las mujeres", afirma Pamela Caro.

Si se observan los datos de desempleo de mujeres en Chile recolectadas por la OIT, se evidencia una importante disminución de la cesantía entre el año 2010 y 2015.

Fue una tendencia para hombres y mujeres en el país, aunque en el caso de las trabajadoras chilenas la mejora fue sustancialmente mejor. Los datos proyectan una leve alza del desempleo femenino en el futuro.

Respecto a eventuales mejoras, Pamela Caro dice que es optimista. "Las mujeres ya entraron al mercado del trabajo. Ya estudiaron carreras vinculadas con ingeniería. Si no las incluyen de manera sustentable, ellas van a reaccionar", asevera, apuntando a acciones como las marchas que se llevan a cabo cada Día de la Mujer alrededor del mundo.

Claro que hace un alcance: las políticas para disminuir la desigualdad de género deberían abarcar la "imperfeccionalidad", es decir, la diversidad.

"(Hay que) reconocer que hay mujeres indígenas, pescadoras, transexuales, lesbianas, jóvenes, viajes. Las desigualdades no son homogéneas, es necesario mirar dónde se cruzan las desigualdades", plantea.

"Hasta el 2005 las mujeres no podían entrar a una mina subterránea por ley, se elimina la prohibición (...) estamos avanzando porque las mujeres están avanzando".