Tras la último robo masivo de información de 40 mil tarjetas de crédito y débito en la última semana se volvieron a encender las alarmas por el creciente aumento de este tipo de delitos, ya que en los último cinco años las investigaciones de este tipo de delitos se triplicaron.
Según cifras entregadas por Carabineros y la PDI, los delitos por uso fraudulento con tarjetas aumentaron de 16.380 en el 2014 a 63.220 en el 2018.
Esto se debería a varios factores, pero principalmente al gran incremento que ha tenido el uso de este medio de pago entre los clientes bancarios, quienes lo triplicaron.
Otra explicación es que los delincuentes se percataron de las falencias que existen en el sistema.
"Se han percatado de falencias que todavía debemos solucionar a través de la mejora en los estándares de seguridad. Esa es una tarea aún en deuda por parte de las entidades bancarias", explicó Cristián Lobos, jefe de la Brigada de Delitos Económicos (Bridec) de la PDI a La Tercera.
El subprefecto aseguró que para solucionar este tema es prioritario elevar los niveles de seguridad d las tarjetas y las máquinas que se usan para las transacciones, llamadas POS.
Desde el OS-9 de Carabineros informaron que entre el 2014 y el 2018 se han detenido 625 personas por este delito.
“Primitivamente prevalecía el uso del ‘skimmer’, pero ahora se ha pasado a otras modalidades, como instrumentos falsos en dispositivos móviles e intromisión en los sistemas, donde se saca y almacena la información”, indicó a la misma publicación el coronel Juan Francisco González, jefe del OS-9 de Carabineros.
Este tema a elevado la preocupación por la preparación que existe para abordar este nuevo tipo de delitos.