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El boom del teletrabajo en Chile

El empresario inmobiliario Erik Leiva analizó los beneficios y complicaciones de este nuevo sistema de trabajo, que cada día gana más adeptos en el país.

24Horas.cl Tvn

Martes 25 de febrero de 2020

Trabajar desde la casa suele mirarse como el sueño del pibe. Generar dinero sentado en tu propia silla, con la ropa que prefieras y tomándote un café, son ideas que seducen a cualquiera.

Sin embargo, como todo en la vida, el teletrabajo también tiene una cara no tan amable, y Erik Leiva, empresario inmobiliario, sabe de aquello. Consultado al respecto, enumeró rápidamente un listado de las que a su juicio son las mayores ventajas y desventajas de este sistema.

El ejecutivo explicó que el teletrabajo o home office, como se le denomina en Estados Unidos, implica organizar el trabajo de manera flexible, efectuando una actividad a distancia y en un horario que al trabajador le acomoda.

“Esa flexibilidad para decidir en qué horarios trabajarás, y en cuáles harás vida familiar, o descansarás, es sin duda la mayor ventaja que tiene el home office. Eres tú mismo quien administras tus tiempos y eso se valora mucho”, comenta Leiva.

Su planteamiento se condice con los resultados de un estudio realizado por el portal de empleos Laborum.com.

De acuerdo a este análisis, el 40 % de los chilenos en la actualidad considera que la flexibilidad laboral es uno de los aspectos esenciales para sentirse feliz en el trabajo.

Erik Leiva señala que otra ventaja del teletrabajo es que se eliminan los tiempos de traslado de los trabajadores, desde sus hogares hasta la oficina o empresa, lo que les significa ahorrar el dinero que antes destinaban a movilización.

A esto se suma que este sistema de trabajo demuestra un alto nivel de confianza de la empresa en el trabajador, ya que éste deberá demostrar su responsabilidad en la administración y gestión del tiempo, para la entrega de los productos solicitados por la empresa.

LAS DESVENTAJAS

A pesar de lo anterior, en la cara menos amable del teletrabajo se cuentan la ausencia de fiscalización de las condiciones laborales en las que las personas desarrollan sus labores, así como la inexistencia de seguridad y beneficios laborales asociados a los contratos de trabajo tradicionales.

En este sentido, el ministro del Trabajo, Nicolás Monckeberg, ha asegurado que uno de los desafíos para el país es no temer a la modernización de la legislación laboral. “Modernizar no es sinónimo de precarizar, sino de humanizar”, señaló hace un tiempo.

Sea como sea, para nuestro país -independiente del sistema de trabajo más popular- la productividad sigue siendo un gran escollo a salvar. De hecho, mientras en países desarrollados la productividad por persona es de 120 dólares por hora, en Chile esa cifra sólo alcanza a los 50 dólares.

Erik Leiva considera que, por ese mismo motivo, las empresas interesadas en aplicar el home office deben preocuparse por asegurar a sus trabajadores las condiciones adecuadas para el trabajo asignado.

En este ítem incluye, espacios cómodos y beneficios laborales que aseguren la tranquilidad, concentración y productividad de sus trabajadores.

“Un empleado feliz siempre producirá más y mejor en su empresa. Esa es una verdad imposible de refutar”, concluyó Erik Leiva.