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Países del G-20 rechazan una "guerra cambiaria"

Las políticas expansivas de Japón escaparon de la crítica directa en el comunicado redactado en Moscú por los altos funcionarios del G-20

24horas.cl Tvn

Sábado 16 de febrero de 2013

El Grupo de las 20 mayores economías del mundo declaró el sábado que no habría una guerra cambiaria y postergó planes para establecer nuevos objetivos de recorte de deudas, destacando la extensa preocupación de los delegados sobre el frágil estado de la economía global.

Las políticas expansivas de Japón, que han provocado una marcada devaluación del yen, escaparon de la crítica directa en el comunicado redactado en Moscú por los altos funcionarios del G-20, que abarca mercados desarrollados y emergentes y representa el 90 por ciento de la economía mundial.

Analistas dicen que el yen, que se ha debilitado en un 20 por ciento como resultado de las agresivas políticas económicas y fiscales para reanimar a la economía de Japón, podría continuar retrocediendo tras el encuentro en la capital rusa.

"El mercado verá la declaración del G-20 como una aprobación de lo que se está haciendo: depreciando al yen", dijo Neil Mellor, estratega de divisas del Bank of New York Mellon en Londres. "Que no se censure a Japón significa que ellos seguirán imprimiendo dinero", aseveró.

Tras discusiones hasta última hora de la noche, los ministros de Finanzas y banqueros centrales del G-20 llegaron a un acuerdo sobre un texto más cercano de lo esperado al comunicado conjunto que emitió el martes el Grupo de los Siete países más ricos, respaldando los tipos de cambio determinados por el mercado.

Un borrador del comunicado visto por delegados el viernes se había distanciado del llamado del G-7 a una política económica que no fuera dirigida a los tipos de cambio, pero la versión final incluyó un compromiso del G-20 para evitar devaluaciones competitivas y estableció que la política monetaria debe apuntar directamente a la estabilidad de precios y al crecimiento.

"La idea que primaba desde temprano era que necesitábamos como desesperación evitar medidas proteccionistas (...) Esa idea se asentó rápidamente", dijo a periodistas el ministro de Finanzas de Canadá, Jim Flaherty, y agregó que el contenido de la declaración del G-20 había sido endurecido por los ministros.

Como resultado, el texto reflejó un apoyo sustancial, aunque no total, a la declaración emitida el martes por las naciones que integran el G-7: Estados Unidos, Japón, Gran Bretaña, Canadá, Francia, Alemania e Italia.

Al igual que con la intervención del G-7, Tokio consideró que se le había dado luz verde para seguir aplicando sus actuales políticas.

"He explicado que el Gobierno de (el primer ministro japonés, Shinzo) Abe está haciendo todo lo posible por superar la deflación y he obtenido cierta comprensión (en el G-20)", dijo el ministro de Finanzas nipón, Taro Aso.

"Estamos confiados en que si Japón revive su propia economía, eso ciertamente afectará también a la economía mundial. Ganamos entendimiento sobre este punto", agregó.

SIN OBJETIVOS FISCALES

El G-20 también respaldó un compromiso de adoptar una estrategia fiscal creíble a mediano plazo, pero no llegó a establecer metas concretas sobre recortes de deuda en su declaración, dado que muchos de los delegados consideraron que la recuperación económica es todavía incipiente.

El comunicado indicó que los riesgos para la economía mundial habían descendido, pero sostuvo que el crecimiento seguía siendo demasiado débil.

"Se requiere un esfuerzo sostenido para continuar reforzando una unión monetaria y económica en el área del euro y para resolver las incertidumbres relacionadas con la situación fiscal en Estados Unidos y Japón, además de para mejorar las fuentes domésticas de crecimiento en economías con superávit", señaló.

El acuerdo de reducción de deuda al que se llegó en Toronto en 2010 expirará este año si los líderes mundiales no logran extenderlo en la cumbre de líderes del G-20 que se celebrará en septiembre en San Petersburgo.

Estados Unidos dice que está en camino de cumplir con la promesa hecha en Toronto pero que el ritmo de la futura consolidación fiscal no debería afectar la demanda. Alemania y otras naciones están presionando por otra ronda de objetivos vinculantes sobre los déficits fiscales.

"Logramos un amplio consenso en el G-20 y decidimos mantener nuestro compromiso para cumplir con los objetivos impuestos en Toronto", dijo el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schaeuble.

"No tenemos interés en tener un intercambio verbal con Estados Unidos. Los objetivos posteriores de seguimiento se decidirán en San Petersburgo", añadió.

MERCADOS EMERGENTES

El G-20 ofreció un contundente freno financiero para detener un colapso del mercado en 2009, pero desde entonces no ha mostrado tanta unidad. Alemania ha presionado a Estados Unidos y a otros países en sucesivas reuniones para que hagan más por encarar sus deudas.

En cambio, Washington ha instado a Berlín a hacer más por aumentar la demanda.

El respaldo en el comunicado al uso de la política monetaria interna para apoyar la recuperación económica refleja el compromiso de la Reserva Federal de Estados Unidos en adoptar estímulos monetarios mediante el alivio cuantitativo, o "QE" en inglés, a fin de promover la recuperación y el empleo.

El alivio cuantitativo implica compra de bonos del Gobierno a gran escala -85.000 millones de dólares al mes en el caso de la Reserva Federal-, lo que ayuda al crecimiento económico pero crea dinero, gran parte del cual se ha filtrado en los mercados emergentes, amenazando con desestabilizarlos.

Esto fue compensado en el comunicado con el compromiso de minimizar los efectos secundarios "negativos" de los flujos financieros resultantes que los mercados emergentes temen puedan llevar a burbujas de activos y arruinar la competitividad de sus exportaciones.

"Las grandes naciones desarrolladas (deben) prestar atención a los efectos colaterales de su política monetaria", dijo el viceministro de Finanzas chino Zhu Guangyao, citado por la agencia estatal de noticias Xinhua.

Rusia, el anfitrión, dijo que el grupo no logró alcanzar un acuerdo sobre los niveles de déficit presupuestario a mediano plazo y también expresó preocupación sobre las políticas especialmente relajadas que su país y otras grandes economías emergentes dicen podrían llevar a problemas más adelante.

Sobre el tema cambiario, el texto del G-20 reiteró su compromiso de noviembre de avanzar "más rápidamente hacia sistemas cambiarios determinados por el mercado y una flexibilidad del tipo de cambio que refleje los fundamentos subyacentes y evite desalineaciones persistentes".

 

Fuente: Reuters