En los Tribunales Laborales, el exgerente de las empresas Penta, Hugo Bravo, declaró por demanda en contra de Carlos Eugenio Lavín y Carlos Alberto Délano por "daño moral" tras ser despedido injustificadamente.
En la instancia manifestó que "no leí los documentos, ya que confiaba plenamente en los documentos que me estaban entregando".
Asimismo, continuó señalando que la entrega fue "en sus oficinas y se llegó a un acuerdo y confié en mi abogado y amigo Alfredo Alcaíno", junto con ello, Bravo informó que la razón de su despido fue "por el artículo realizado a personas por dudosa reputación (...) no sé a qué personas se refiere ni que quieren decir con esa conclusión".
"Yo firme torpemente porque estaba drogado, por el medicamento antidepresivo que tomaba y tenía prohibición de estar solo. No tenía pleno conocimiento de lo que estaba haciendo y luego le pregunté a Alfredo si estaba de acuerdo y yo confíe", aseveró.
"(A ellos) no les dije, a lo mejor fue una torpeza, pero no se habló nada personal", agregó asegurando que "nunca hice algo que no hubiese sido solicitado por Carlos Eugenio o Carlos Alberto".
En su declaración asumió haber grabado completa las conversaciones que tuvo Carlos Eugenio Lavín con su hijo "porque tenía dudas por todos los ofrecimientos que me habían hecho y que no me los cumplían".
"Mensualmente yo recibía 36 millones de pesos bruto, el que se iba reajustando trimestralmente por el IPC o desempeño en ciertas ocasiones", dijo denunciando que "Penta como que enmascaraba las remuneraciones, eran secretas, nadie sabía, se pagaba una parte por boleta, otra por factura".