El geógrafo, Marcelo Lagos analizó en destino tierra las altas temperaturas registradas en la Antártica, lo cual podría provocar un gran cambio al ecosistema, incluso permitiendo el ingreso de especies exóticas que se adapten a la zona.
Según explicó el experto, un reciente estudio realizado por la Universidad de Santiago de Chile en base a datos de estaciones meteorológicas en la península antártica, particularmente en la isla Rey Jorge, confirman este particular proceso, que las temperaturas de forma notoria se han diferenciado de las máximas de registros anteriores.
La tendencia neta es al aumento. Durante el siglo XX la temperatura del territorio antártico tuvo un aumento sustantivo de las temperaturas, sin embargo en las últimas dos décadas esto se hizo más lento y se pensaba que se estaba volviendo a una especie de normalidad.
Si miramos las temperaturas máximas promedio, solamente desde el año 2011 a la fecha, hoy día es primera vez que se alcanza cifras sobre cero grados celsius.
Uno podría decir,'pero igual es helado', pero este registro en dicha zona no ocurre, de hecho desde el año 1989 que no existían tales temperaturas, por lo que llama mucho la atención.
El alza de estas temperaturas siempre es gradual, aclara Lagos, indicando que hubo un periodo de "calma" durante las dos primeras décadas de este siglo.
En ese sentido, expertos indican que mantener sobre 0° en dicha zona es algo malo, registrándose máximas durante enero, febrero, abril y junio por sobre dicha cifra, alcanzando el peak durante el segundo mes del año con 7,2°.
Asimismo, el especialista señaló que esta alza sostenida de las temperaturas conlleva a que se desarrollen más precipitaciones en esta zona, registrándose 444 mm de agua caída durante el 2020, casi cien milímetros más que durante el periodo 1970-2020, en donde se registraron 363 mm, lo que influye en la fusión de los hielos, los cuales ya se han visto debilitados por las altas temperaturas.
Lagos indica que este escenario abre el espacio para que ingresen especies exóticas a la zona, debido a que los centros de estudios que cuentan con la intervención humana, más estos factores de altas temperaturas pueden traer consecuencias, como por ejemplo, la aparición de mosquitos que se están adaptando a dichas condiciones, o la propia disminución del Krill que afectaría a toda la cadena alimenticia de la zona.