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Tenía información secreta

Autoridades aún no han determinado cómo Paula Broadwell obtuvo la información.

Mariángel Calderón

Jueves 15 de noviembre de 2012

Es la protagonista de una historia que cada vez se torna más oscura y misteriosa.

Paula Broadwell, la biógrafa que mantuvo una aventura con el renunciado director de la CIA, David Petraeus, y que acosó a una amiga cercana del militar, ahora podría ser acusada de espionaje. Esto, debido a que su computador, que fue revisado por las autoridades de seguridad, contenía importante información secreta que debería haber estado guardada bajo condiciones más seguras

Según informaron funcionarios policiales y de seguridad nacional, la cantidad del material secreto hallado en el computador es lo suficientemente importante como para autorizar que la investigación continúe. Hasta el momento, aún se desconoce cuáles son los datos que contienen los documentos encontrados y tampoco se sabe cómo los consiguió.

Pese a lo anterior, fue el propio presidente Barack Obama quien dijo, en una conferencia de prensa, que hasta el momento no hay indicios de que algún documento secreto haya sido revelado como resultado del escándalo, pero sostuvo que no prejuzgará los resultados de la investigación.

A pesar de que aún no se han conocido detalles del contenido de la información ya se saben datos respecto al contexto que rodeó el triángulo amoroso.

El cálido estado de Florida, específicamente la localidad de Tampa, fue el escenario que rodeó la relación de amistad forjada entre David Petraeus y Jill Kelly, la mujer quien recibió la amenazas de parte de Broadwell y quien también compartió correos electrónicos con el general de la OTAN, John Allen.

Allí, Kelley era una respetada anfitriona de fiestas que incluían a altos mandos militares y de defensa. En la casa de la mujer, Petraeus forjó una amistad con la familia, que incluso lo llevó a intervenir en el juicio de custodia que mantenía Natalie Khwan, hermana gemela de Jill. Lo mismo hizo el destituido jefe de la operación de la OTAN en Afganistán, John Allen.

"Jill Kelley ha sido siempre la encargada de dar la bienvenida (a los militares y sus familias destinadas en Tampa)", cuenta un publicista de la ciudad y amigo íntimo de los Kelly, en declaraciones expuestas en el diario El Mundo. "Cuando la esposa de un nuevo general llegaba a Tampa y se preguntaba '¿a qué peluquería debo ir o dónde harán la mejor tarta de cumpleaños de mi hijo?', allí estaba Jill para ayudarla a responder sus dudas. Todo el mundo llamaba a Jill", detalló.

Si bien aún no se tiene claridad respecto a la naturaleza de la relación que mantenían ambos militares con Kelly, la familia de la mujer ya contrató a un abogado y a la especialistas en crisis Judy Smith, quien trabajó con la secretaria Mónica Lewinsky, cuando quedó expuesto su affaire con el presidente Bill Clinton.

Hasta el momento, funcionarios del FBI han señalado que es improbable que el resultado de la investigación termine con cargos criminales. Incluso, han indicado que si se determina que Broadwell manejó mal la información secreta, ella podría enfrentar medidas bajo las normas administrativas de seguridad.