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Arqueólogos descubren nueva ciudad maya en sur de México

Los datos sobre la extensa urbe bautizada como “Chactún”, apuntan a que habría sido un importante centro hace alrededor de 1.400 años.

Fernando Jimenez

Jueves 20 de junio de 2013

Arqueólogos mexicanos y extranjeros descubrieron una ciudad maya en el estado de Campeche, en el sureste de México, que por su gran extensión y características se cree que pudo ser un centro rector hace unos 1.400 años, según informó el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

Un equipo de expertos encabezado por el arqueólogo esloveno Ivan Šprajc ha bautizado como Chactún, "Piedra Roja" o "Piedra Grande", a esta antigua ciudad maya nunca antes reportada.

"Es uno de los sitios más grandes de las Tierras Bajas Centrales, comparable por su extensión y la magnitud de sus edificios con Becán, Nadzcaan y El Palmar, en Campeche", destacó Šprajc, de la Academia Eslovena de Ciencias y Artes.

Con base en la extensión del sitio (más de 22 hectáreas) y la cantidad de monumentos, al menos una decena de ellos con inscripciones, se cree que la urbe, descubierta hace un par de semanas, fue el centro rector de una amplia región entre los años 600 y 900 d.C., indicó el investigador.

 

La iniciativa de exploración, apoyada por el INAH, es financiada por la National Geographic Society y las empresas Villas, de Austria, y Ars longa, de Eslovenia.

A lo largo de los siglos, Chactún permaneció oculta en la selva del norte de la Reserva de la Biosfera de Calakmul. De acuerdo con Šprajc, forma parte de un área superior a 3.000 kilómetros cuadrados entre las regiones Río Bec y Chenes que ha permanecido como "un blanco total" en el mapa arqueológico maya.

La milenaria ciudad es uno de los cerca de 80 sitios que han sido detectados por el Proyecto de Reconocimiento Arqueológico en el Sureste de Campeche, que comenzó en 1996. La localización de estos lugares se ha basado principalmente en el reconocimiento por medio de fotografía aérea a gran escala. Hasta ahora el sitio había permanecido ignoto para las expediciones científicas y a él llegaban únicamente los chicleros y madereros de la región.

"Con las fotografías aéreas, examinadas estereoscópicamente, hallamos muchos rasgos que evidentemente eran vestigios arquitectónicos. A partir de ahí tomamos las coordenadas y el siguiente paso fue localizar los antiguos callejones utilizados por chicleros y madereros para poder llegar a la zona", explicó Šprajc.