La crisis económica que vive España está dejando durante estos días imágenes bastante preocupantes.
La última pudo verse este martes, cuando un centenar de sindicalistas asaltaron dos supermercados en las ciudades andaluzas de Écija (Sevilla) y Arcos de la Frontera (Cádiz), llevándose varios carros llenos de alimentos de primera necesidad, con intención de repartirlos luego entre los más necesitados.
Uno de los grandes agravantes de la acción es que el masivo robo estuvo liderado por Rafael Sánchez Gordillo, un alcalde y parlamentario comunista famoso desde hace años por sus tomas de terrenos y otras acciones ilegales. Al frente del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT) llevó a cabo la irrupción en las dos grandes superficies, en las que hubo, incluso, actos de violencia.
A pesar del clamor nacional que hubo contra el asalto, el político de Izquierda Unida amenazó con nuevas acciones similares: "Alguien tiene que hacer algo para que haya familias que puedan comer todos los días", informó el diario El País. La intención del SAT es repartir los alimentos sustraídos a ONGs para que las repartan entre los más pobres, pero según señala el rotativo, ninguna organización reclamó los alimentos robados e, incluso, se descarta que los bancos de alimentos estén desabastecidos.
El díscolo regidor de Marinaleda del Campo (Sevilla) asegura que no teme represalias y defiende su medida como "necesaria" para dar "un toque de atención" a lo que realmente está pasando en Andalucía, "donde el 35% de las familias de las grandes ciudades está por debajo del umbral de la pobreza, hay 1,25 millones de parados, tres millones de pobres y más de 200 mil familias con todos sus miembrosdesempleados y sin cobrar ningún tipo de percepción".
Desde muchos sectores se criticó la pasividad de la Guardia Civil, que no actuó frente al asalto, así como el hecho de que no haya detenciones tras el robo. La ausencia de acciones judiciales también ha sido causa de polémica, porque muchos opinan que puede dar sensación de impunidad ante actos delictivos.
En otra decisión extrema que subrayó el complicado momento que vive España, esta semana también se conoció la decisión del Ayuntamiento de Gerona (Cataluña) de poner candados a sus contenedores de basura para evitar el "riesgo sanitario" para las personas que buscan comida entre los desperdicios.
Y es que cada vez son más las personas que se ven obligadas a hurgar entre las bolsas de basura de restaurantes, supermercados y domicilios particulares en busca de algo que llevarse a la boca, un fenómeno cada vez más visible en las noches españolas.