La calma del barrio de Woolwich en Londres fue interrumpida luego que dos hombres asesinaran a un soldado británico utilizando un machete y otras armas.

El incidente encendió las alarmas antiterroristas en el Reino Unido y provocó que el primer ministro, David Cameron, convocara a una reunión de emergencia del comité Cobra, el gabinete de seguridad del país.

Cameron declaró, además, que estaba "profundamente conmocionado" por el ataque, que, según testigos, habría sido motivado por creencias islámicas. Incluso, indicaron que el aspecto de los hombres era de musulmanes y que antes del ataque gritó consignas islámicas.

Decenas de armas, incluyendo un machete, fueron recogidas en el lugar, luego que la policía arribara al sitio y se enfrentaran a tiros con los dos hombres responsables del supuesto atentado. Ambos se encuentran en hospitales separados recibiendo ayuda médica.

Últimos reportes indican que los individuos grabaron el ataque, debido a que se encontró una cámara en las manos ensangrentadas de uno de los supuestos terroristas.

Estas imágenes fueron difundidas por la cadena ITV.

Según los testigos, la policía abatió a ambos atacantes al llegar a la zona del suceso. Los dos terroristas esperaron junto al cuerpo la llegada de las autoridades.

"Es como si quisieran hacerse famosos, pero de una forma estúpida", asegura Joe Tallant, un testigo de 20 años, que relató en el diario británico The Guardian, que los autores del ataque pidieron a la gente que les hiciese fotos.

The Guardian publicó otro video de un testigo en el que se aprecian a los dos sospechosos tendidos en el suelo, tras ser tiroteados por la policía, y al soldado asesinado.

El lugar donde se ha producido el ataque, Woolwich, es una zona residencial próxima a un cuartel del Ejército y al sur del Támesis, cerca del aeropuerto Ciudad de Londres.

Tras ser informado de lo sucedido, el primer ministro británico, David Cameron, ha decidido volver desde París de urgencia, para presidir mañana la reunión del comité interministerial de crisis, Cobra.

Esta sería la imagen del otro sospechoso. Una imagen que ha difundido el diario The Guardian.