Las separaban miles de kilómetros, pero corrieron la misma suerte.
Una niña francesa y otra española fueron asesinadas por sus padres en dos brutales parricidios que por estos días conmueven a Europa.
La más pequeña de ambas era Fiona, quien a sus cinco años no sobrevivió a la horrible golpiza que le propinó su padrastro borracho.
La cruda historia, que conmovió a toda Francia, comenzó cuando una abrumada mujer lloró en televisión angustiada por la desaparición de su hija.
Seis meses más tarde, todo dio un vuelco cuando confesó que su pareja había golpeado a la menor y ambos, en compañía de otros tres adultos, habrían enterrado el cadáver de Fiona en el bosque.
Según relatan medios locales, la golpiza comenzó luego que la niña vomitara una noche. De acuerdo al relato de cercanos, la pequeña había aprendido a provocarse el vómito para hacer enojar a su padrastro.
Lamentablemente, su estrategia funcionó a la perfección y el hombre comenzó a golpearla hasta que le quitó la vida.
El padrastro de la pequeña francesa fue acusado de causar golpes y heridas a una menor de edad y arriesga 30 de cárcel. La madre, en tanto, arriesga cinco años en prisión.
LA HISTORIA DE ASUNTA
Mientras la terrible muerte de Fiona preocupaba en Francia, en España, un caso similar conmovía a la provincia de La Coruña, luego que el cadáver de una niña de doce años fuera encontrado en una localidad próxima a Santiago de Compostela (Galicia).
Asunta Basterra, era de origen chino, sin embargo hace once años que había sido adoptada por una pareja de españoles que hoy, según datos de la investigación, serían los responsables de su muerte.
Los hechos, que aún no han sido esclarecidos, indican que la pequeña fue golpeada y amarrada con una cuerda. Su cadáver fue hallado en una carretera por vecinos.
Si bien, sus padres, Rosario Porto y Alfonso Basterra, fueron dejados en prisión preventiva, uno de ellos ha negado las acusaciones y se declaró inocente.
Se cree que un móvil económico podría haber motivado a la pareja a quitarle la vida a la pequeña. Según indican medios locales, la menor había sido beneficiada con una herencia que podría haber solucionado los problemas económicos de la familia.
Asunta temía que sus padres quisieran asesinarla. Incluso, un día en el colegio le confesó a una de sus profesoras que su madre la quería muerta.
Todos estos datos ahora forman parte de una investigación que podría culminar con ambos padres encarcelados, tal como lo que podría ocurrir en Francia.
Una luz de justicia en medio de las sombrías muertes que hoy conmueven a toda Europa.