Un ataque con bomba causó la muerte el sábado de al menos 47 personas en una zona chií de la ciudad pakistaní de Quetta, un hecho calificado por un funcionario policial como parte de una escalada de atentados religiosos de insurgentes suníes.
Las autoridades indicaron que la mayoría de los muertos procedían de la minoría chií de Pakistán, que ha pedido protección al Gobierno tras los ataques de grupos de militantes liderados por Lashkar-e-Jhangvi (LeJ, por su sigla original).
La policía local dijo que al menos 120 personas resultaron heridas en el incidente de violencia.
"La explosión la causó un dispositivo explosivo improvisado adosado a una motocicleta", dijo Wazir Jan Nasir, subinspector general de la Policía en Quetta.
"Esto es una continuación del terrorismo contra chiíes", añadió.
Más de 400 chiíes murieron el año pasado en Pakistán, muchos de ellos a manos de sicarios o bombas, y los responsables casi nunca son detenidos.
LeJ se atribuyó el mes pasado la autoría de un atentado en Quetta que provocó la muerte a casi 100 personas, en uno de los peores ataques religiosos registrados en Pakistán.